02 - El Cowboy de Cady
Cuando el sheriff Kix Branaman acude en ayuda de una amiga
a quien han echado de las carreras de caballos porque sus caballos han dado
positivo en cocaína, lo último que se imaginaba es que se fuera a enamorar de
una de las investigadoras privadas del caso. Pero una Mirada a Cady Montgomery
es suficiente para que le entren deseos de darle una cuerda para que le ate de
pies y manos. Y cuando ella le dice que «modere su faceta de cowboy cachondo» y
se limite a ser profesional… bueno, es como ondear un capote ante un toro
excitado.
Nada más ver aparecer al sheriff de Texas, Cady Montgomery
es consciente de que lleva las palabras peligro y rompecorazones escritas con
mayúsculas en la frente. Alto, delgado y fabuloso, Kix podría haber estado
entre las páginas del calendario «Vaqueros Sexy del Oeste». Cady prefiere
centrarse en el caso, mantener el corazón fuera de peligro y las hormonas a
raya; pero le va a costar lo suyo con el sheriff por ahí cerca… especialmente
cuando se da cuenta de que su sentido del humor y su encanto de vaquero le
hacen desear que la envuelva en sus brazos y cabalguen juntos como nunca en su
vida.
01 - El Policía de Lyric
La resolución de un caso de perritos robados es un trabajo
demasiado tranquilo para un policía antivicios, pero cuando la víctima es su
abuela, bueno… los policías cuidan de los suyos. El problema llega cuando echa
una mirada a Lyric Montgomery, la detective que su abuela ha contratado para
recuperar sus perros salchicha robados, y Kieran Burke sabe que tiene un
problema. Él nunca se ha encendido tan rápido… o estado tan atraído por una
demonio con reputación de violar la ley.Lyric Montgomery no puede creer que se
enamore de un policía. Siempre ha tenido un pequeño problema con permanecer
dentro de los límites, y Kieran es, sin duda, una complicación que no necesita.
Sin embargo, su dominante actitud “yo tengo el control” la tienta como el fuego
tienta a un pirómano.
Kieran podrá establecer las reglas, pero pronto descubre
que para Lyric, romperlas es la mitad de la diversión, sobre todo cuando lo
vuelve loco y evoca su manera especial de «castigo».
A medida que la pista se calienta, no es la única cosa que
quema lo suficientemente caliente como para fundir el acero. El chico malo
Kieran encuentra que la única manera de mantener segura a su sexy detective de
mascotas puede ser atarla a su cama… de forma permanente.


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