01 - Graham
Su amor
desafió al rey y al clan...
Con
cicatrices de batalla, endurecido por la guerra y despiadado cuando se trata
del bienestar de su gente, Graham MacCleod está decidido a recuperar para su
clan la estabilidad y la riqueza que les robaron. Casarse con MacKintosh
Miracle es el primer paso de su plan. Que el Laird MacKintosh no considere a
Graham un pretendiente digno para su hija mimada es un obstáculo menor. Los
MacCleod no se ganaron su feroz reputación como los Black Raiders acobardándose
ante un desafío. Los MacCleod luchan por lo que quieren. No es que el secuestro
de Mary MacKintosh fuera una gran pelea. La rebelión que el laird dejó florecer
en su hija la dejó caer directamente en el regazo de Graham. Secuestrarla fue
tan fácil como sacarla del estanque. Conservarla será igual de sencillo. O eso
cree.
Impresionante.
Inteligente. Un premio más allá del precio. Mary MacKintosh se ha enterado de
todo como única heredera de la fortuna y el poder político del Clan MacKintosh.
Desde su nacimiento, ha sabido su responsabilidad. En estos tiempos inestables,
debe asegurar la posición de su clan dentro de las cortes escocesa e inglesa
casándose bien. El único problema es que ninguno de los solteros que su padre
ha reunido en el castillo son hombres que tienen lo necesario para cumplir con
su deber. Ella necesita un hombre con un brazo fuerte y un fuerte sentido de
propósito. Aquel cuya dedicación supera su codicia. Alguien que entiende el
concepto de lealtad como lo hace un MacKintosh. Necesita un hombre que
teme que no exista.
Pero
cuando, en la víspera del anuncio de su compromiso, Mary es secuestrada por el
infame Black Raider, su perspectiva cambia tan rápido como sus circunstancias.
Graham MacCleod no se parece en nada a lo que esperaba. Justo y equilibrado en
su enfoque, Graham es un guerrero escocés hasta la médula. De captor a esposo,
la lleva por un viaje que libera su espíritu y la convence de que podría haber
encontrado al hombre que tanto ella como su gente necesitan. Si su padre
y la corona pueden ser convencidos...
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