02 - El Descubrimiento de Kalina
La hechicera Kalina ha aceptado que el
amor no existe en sus cartas, pero no puede negar el atractivo sexual - o la
dominación - del Príncipe Eral. El místico were-delfín parece estar en todas
partes a su alrededor y lo desea con un poder que le resulta difícil negar.
Pero Ella es una were-tigre, una criatura de la tierra. No puede existir un futuro
para ellos. Cuando las visiones de Kalina la llaman a Atlantis, debe enfrentar
su terror al agua para intentar salvar a un rey y procurarse sus propios
sueños: los de someterse a Eral y desbloquear la magia que siempre ha estado
capturada dentro de su corazón.
Eral abriga a Kalina en su mente, en su
piel, en su propia sangre. A pesar de que ella se le resiste y rechaza su país
acuático, él está decidido a ganársela y reclamarla como suya.
Pero un malvado brujo tiene otros planes
para ellos, unos mortales, y dolorosos. Eral y Kalina deberán unir sus
corazones, mentes y formidables poderes para salvar un reino y descubrir un
amor que ni siquiera sus diferencias podrá dividir.
01 - El Señor Kir de Oz
Abigail Dorothy Osborne no podía
permanecer un minuto más en su pequeño pueblo de Kansas, donde los hombres eran
demasiado viejos, demasiado jóvenes, o demasiado agrestes. Por no hablar que
vivía con su anciana tía Maye, que pensaba que el sexo era uno de los siete
pecados capitales. Pero mientras hace sus maletas, sucede un desastre. Un
tornado pasa a través de su casa, llevándose a Abby y también a su perro Lobo
Irlandés.
Cuando Abby despierta, está segura de que
está soñando. No sólo no está en Kansas, sino que está en otro planeta. Un
planeta encantador lleno de hombres sexys más que dispuestos a hacer que todos
sus sueños eróticos se hagan realidad.
El Señor Kir, Soberano de la Ciudad
Esmeralda y Señor de los lobos moradores de las cuevas de las montañas,
encuentra un tesoro de camino a ladrillos amarillos. Ella es hermosa. Está
confundida. Es absolutamente desesperante.
Abby no es de su mundo, sin embargo, sabe
que debe hacerla suya.
Reclamarla.
Enseñarle los placeres de la sumisión.
Sí. Esta era su mujer, su gatita, su
compañera. Abby Osborne pertenecerá a Kir para la eternidad, si puede evitar
que lo mate primero.
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